martes, 25 de marzo de 2014

Rapunzel


-"Rapunzel, Rapunzel,   tírame tu cabellera a mí."

-Entonces Rapunzel bajó las trenzas de su cabello, y la hechicera subió hasta ella.-"Si esa es la escalera por la que uno sube, probaré por esta vez mi fortuna."- dijo él.Y al siguiente día, cuando empezaba a oscurecer, él fue a la torre y gritó:

-"Rapunzel, Rapunzel,   tírame tu cabellera a mí."-


El cuento de Rapunzel (o Rapónchigo en castellano) siempre me ha fascinado, por la imagen tan poderosa de la torre y las largas trenzas. En el cuento de los hermanos Grimm (como suele pasar, la película de Disney cuenta una historia diferente) a causa de una antojo de embarazada (las mujeres siempre hemos sido caprichosas, malvadas o frágiles...) unos campesinos se ven forzados a entregar a su hija a una malvada hechicera, que la encierra en una torre sin puerta ni escalera, a la que sube y baja por el pelo de la muchacha. Hasta que un día, un príncipe que la ve prueba el truco, y sube. Ella se asusta primero, pero luego le dice que si se casará con el (así...nada más conocerse). A ninguno se les ocurre que puede cortarse la trenza y huir...


El cuento continúa, pero os dejo con este pensamiento: Rapunzel no dependía de nadie para liberarse. En ella misma (en su pelo) estaba la salida de la torre, sólo necesitaba ver las cosas con un poco de distancia, sólo necesitaba darse cuenta de que ella también podía.


Querida Aroa, llegas rodeada de amor, y parece imposible pensar que alguna vez habrá altas torres y desiertos en tu camino. Pero si los hay, recuerda confiar en ti y en tus capacidades, en tu "larga trenza". Te deseo que seas siempre al menos tan feliz como lo eres hoy.


La torre de Rapunzel es una caja de música de cordón, que se cuelga en la pared. Sobre una base de contrachapado, la estructura principal se construye en gomaespuma y se recubre con lana afieltrada para los detalles y la muñeca. Las tejas están recortadas en fieltro industrial, y cosidas en hileras al tejado.



viernes, 21 de marzo de 2014

Nuestro taller (I)

¡Hola a todos y feliz primavera recién estrenada!
Hoy os queremos enseñar nuestro rinconcito de trabajo, aprovechando que en primavera y en otoño siempre lo reorganizamos y lo dejamos bonito, pero sobre todo útil para trabajar.
Si sois manitas inquietas como nosotros, seguro que os habéis dado cuenta de lo difícil que resulta a veces tener el material bien organizado y a mano, para que no nos de pereza sacarlo para trabajar (y no acabemos cortando un hilo con unos alicates porque no encontramos las tijeras.)
En el Desván no somos precisamente expertos en cuanto a órden, pero si queremos compartir con vosotros algunos trucos o formas que hemos encontrado de facilitarnos la vida, sin ocupar una gran cantidad de espacio (del que no disponemos)


Empezamos por nuestro material estrella: la lana. La lana sin compactar abulta muchísimo, y si compráis unas cantidades digamos...medianas, se expande por el espacio disponible y nos da una pereza tremenda abrir todas las bolsas para buscar un color concreto. Nosotros almacenamos los vellones en bolsas de basura (de las amarillas, que son bastante transparentes y nos permiten ver el contenido) en un espacio de más difícil acceso, y a partir de este depósito vamos rellenando nuestra caja de trabajo.


La caja de trabajo contiene una pequeña cantidad de cada uno de los colores y tipos de lana de los que disponemos. En la imagen podéis ver a la izquierda lana peinada en madeja, y a la derecha, lana cardada en vellón. Hemos elegido una caja de plástico de bajocama (muy bajita y ancha) para poder comprobar de un vistazo todos los colores que tenemos. Vais a observar que es una norma no escrita que intentamos cumplir: Que el material esté lo más a la vista posible. Esto ayuda con la inspiración, con el mantenimiento del órden y con la pereza, ¡ya veréis!. Para hacer un trabajo, elegimos los colores de la caja de trabajo, y los devolvemos a ella al terminar. Cuando se nos agotan dos o tres colores, acudimos a la reserva y los reponemos.


Los hilos no están ordenados por color (que no nos interesa mucho, ya que de un sólo vistazo podemos encontrar el que buscamos) pero si por utilidad. Separamos hilos para coser, para bordar, para acolchar, para hilvanar, especiales (plateado, transparente, etc). La miniestantería dónde están colocados es una caja de botellas de vino (con espacio para tres botellas) colocada en horizontal y con la tapa pegada en la parte superior, para ganar espacio con una balda algo más profunda.


En esta zona superior tenemos una caja con las lanas que nos sirven para hacer pelo de muñecas, las formas de poliespán en un recipiente reciclado del detergente y los snaps con su máquina. Estos últimos están en una lata preciosa que cumple su cometido a la perfección.


También guardamos los tuppers reutilizables de la comida a domicilio, vienen muy bien para organizar por tipos los restos de diferentes materiales: pequeños recortes de piel, de fieltro, de goma eva, restos de cintas, etc.


Las telas. Nunca tenemos suficientes ¿verdad? A veces es necesario hacer inventario, para ver las cantidades que tenemos, y siempre nos llevamos alguna sorpresa. A nosotros nos resulta muy útil almacenarlas de forma que de un vistazo veamos lo que tenemos, y mantener una caja de retales muy pequeños bien a mano, para reciclar todos esos recortes que se van a la basura porque no tenemos dónde guardarlos.

Y por hoy lo dejamos aquí. En próximos post os contaremos más secretos sobre nuestros materiales y herramientas.
¡Nos vemos en el Desván!